Odio admitirlo, pero anoche lloré hasta quedar dormido. Estoy muy asustado. Mi mente no deja de dar vueltas y las preguntas se suceden una tras otra. ¿Dónde está todo el mundo? ¿Dónde está mi mujer? ¿Y mis hijos? ¿Estarán vivos siquiera? No acierto a comprender como ha podido pasar esto. ¿Quién podría?
Según mis pensamientos se aceleraban, las lágrimas empezaron a fluir. No podía parar. No puedo decir con seguridad a que hora conseguí dormir, pero era tarde.
Dios, si escuchas mis plegarias, deja que encuentre a alguien ahí fuera. No me dejes sólo. No dejes que todo acabe de esta manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario