domingo, 29 de junio de 2014

Día Doce

Hoy he matado a alguien.

Yo…

Bueno, eso creo. No estoy seguro del todo.

Volví al Strip con la esperanza de hallar a quienquiera que fuese la persona que vi ayer. Entré de nuevo en el Mirage y allí estaba. De pie, al final de la sala de juego, en el mismo sitio dónde la había visto el día anterior. De nuevo agazapada en las sombras.

Está vez la llamé y no huyó. Se quedó justo donde estaba, mirándome fijamente.

Entonces empecé a andar hacia ella mientras continuaba hablándole. Mantuve la serenidad en todo momento mientras le decía lo afortunado que me sentía de haber encontrado a otra persona con vida. Cuando alcancé la mitad del espacio que nos separaba, aquello gritó. Un chillido que helaba la sangre y, definitivamente, no era humano. Un alarido cargado de maldad y odio. Lo que quiera que fuera, se propulsó por los aires, sobrevolando varias mesas de juego de un sólo salto. Nada más aterrizar, casi sin tocar el suelo, profirió su grito de nuevo y cargó hacia mi.

La siguieron las sombras de dónde salió, manteniéndola envuelta en una especie de manto de oscuridad que crecía según se me acercaba. Era como si la propia luz estuviera aterrorizada de aquel ser. Rebusqué por mis bolsillos la pistola. Aquella cosa estaba a tan sólo tres metros de mi cuando disparé. El primer disparo la detuvo. Los tres siguientes la hicieron dar con sus huesos en el suelo.

Me quedé embobado mirándola, a menos de tres metros de mi. Incluso estando así de cerca no puedo decir con seguridad que era aquello. No tengo ni idea de cuanto tiempo estuve allí, observándola, pero no logré acercarme ni un paso más.

Fue entonces cuando esa sensación me embargó. Una sensación de… ¿pánico?, no estoy seguro. No vi ni oí nada, era más como sentirse observado, estudiado. En ese momento me di cuenta de que, si no me iba de allí en ese mismo instante, nunca lo haría.

Así que me largué. Mejor dicho; corrí como si el propio Diablo me estuviera persiguiendo. Quizá fuera cierto, no miré hacia atrás para comprobarlo.

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