¡No estoy loco!
Yo…
Al menos creo que no lo estoy.
He regresado al Mirage. Se que pensaréis que
fue una estupidez. Pero no pude dormir en toda la noche… aquella noche. No pude
parar de revolverme en la cama, pensando una y otra vez en lo sucedido. ¿A
quién o… a qué, le he disparado? Aquello me corroía por dentro y me di cuenta
de que no encontraría la paz hasta que lo averiguase.
Así que volví.
¡No había nada! Una ostentosa alfombra de
colores chillones me miraba desde dónde debía haber estado el cadaver de… algo.
¡Es imposible que aquello sobreviviera! Una bala la frenó en seco, tres mas la
tumbaron ¡Tiene que estar muerta!
Intuitivamente llevé mi mano al cinturón
para coger mi pistola. No debería dudar de lo que hice con ella, disparé cuatro
veces a esa cosa, estoy seguro. Aun así la busque pero no la llevaba encima. Palpé
mis bolsillos. Nada. Súbitamente me envolvió el pánico cuando entendí que
estaba en aquel lugar completamente desarmado, en el mismo sitio dónde algo
horrible me había acechado desde las sombras, quizá aun vivo y enfadado por lo
de ayer.
Eché a correr.
Me precipité dentro de mi todoterreno y
busque el arma. Quizá la dejé en el asiento trasero o en la guantera, a lo
mejor se ha caído bajo mi asiento. No. Ni siquiera la he traído conmigo.
Revolví toda la casa buscándola. Los
dormitorios, la cocina, mi despacho… no lograba encontrarla por ninguna parte. ¿Como
puedo haberla perdido de vista? Desde el primer día de esta… situación, no he
dejado de tenerla a mano ¡ni un minuto!.
No se por qué busque en mi armario, en la
balda de arriba, dentro de su caja. Quizá fue en la desesperación de no
encontrarla que volví a buscar donde siempre había estado hasta aquella noche
en que el mundo se quedó parado.
Saque la funda de la caja y quité la correa
de seguridad, era imposible ¿Cómo había llegado allí de nuevo?.
Pero allí estaba, metida en su funda. Con el
seguro puesto. Y aun peor… Nueve balas de 9 milímetros esparcidas por la caja.
Nueve…
He disparado cuatro. La primera lo detuvo. Las
otras tres lo mataron. Se que fue así. Aun puedo ver aquella imagen en mi mente.
Mis manos todavía tiemblan cuando rememoro aquella criatura corriendo desbocada
hacia mi, aquel odio que supuraba. Como la luz se disipaba a su alrededor como
si fuera una especie de agujero negro.
No estoy loco.
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